lunes, 6 de noviembre de 2017

Sres. políticos: NO SOMOS TAN TONTOS

Recientemente he firmado una petición para pedir el cambio de ley electoral en Cataluña, tal que valga lo mismo el voto de un ciudadano de Barcelona, cuanto uno de Lérida. Pero he añadido en mi comentario lo siguiente que traslado: 

"No sólo en Cataluña. En toda España. Quizás la ley D'hont sea buena para países en transición a la democracia, ya que favorece las mayorías. 
No obstante creo que ya estamos suficientemente "maduritos" como para pedir no ya un cambio de ley electoral, sino verdadera representación directa: personas con cara y ojos
Votar a alguien a quien conozca, ya que le voy a dar mi representación y va a ser el que defienda mi voluntad en la asamblea de representantes. 
Una persona que se presente y gane una votación en mi distrito y que se parta la cara por él y mis intereses. Pero para esto es necesario que cobre exclusivamente de mi distrito, no de los presupuestos generales, porque dime de quién cobras y te diré a quién obedeces; que su puesto no dependa de lo bien que pelotea al jefe de su partido y que su mandato sea revocable: si no cumple lo comprometido con sus representados se le despide y se cambia por el siguiente en número de votos. Así de fácil. Sin embargo, ¿por qué ninguno de nuestros prohombres pide esto?
El verdadero problema de España con Cataluña (con algunos catalanes), y que ya hemos padecido con Vascongadas, es que por esta misma ley, en las elecciones al parlamento nacional los partidos independentistas se presentan sólo por su circunscripción regional. Así, con muchos menos votos que los partidos nacionales que se presentan en toda España, consiguen paradójicamente el verdadero poder, al resultar decisivos por el abultado número de escaños correspondientes que reciben, según esta misma ley D´hont: transferencias que nunca debieron existir, sanidad, educación, dinero para corrupción, para agencias diplomáticas propias de Ínsula de Barataria, etc.
Sres.políticos, ¿por qué no nos facilitáis la tarea en las elecciones y nos ponéis papeletas de colores en lugar de esas listas llenas de nombres que ni conocemos ni nos importan? Noooo, porque quizás de este modo nos daríamos cuenta del mátrix político en el que vivimos, ¿verdad?
Sres. políticos: NO SOMOS TAN TONTOS"

miércoles, 14 de diciembre de 2016

CITA PREVIA... (y nos lo queríamos perder!)



Hoy he estado en la oficina de la Agencia Tributaria (vulgo Hacienda), más cercana a mi domicilio, pues tenía que conseguir un certificado y me pillaba de paso.

Ya sabes lo que me ha ocurrido, ¿verdad? A ti también te ha pasado, ¿verdad?

Pues sí, no he podido arreglar nada porque tendría que haber pedido “cita previa”.

¡Cachis! ¡Qué torpeza la mía! ¡Pero cómo se me ocurre a mí ir a ningún organismo del Sr. Estado sin haber concertado antes una cita! ¡Pero a quién se le ocurre! 

(Nota: “cita previa” es lo mismo que el “vuelva usted mañana” de Larra, pero adaptado a nuestro tiempo)

El caso es que allí había más funcionarios sentados detrás de sus mesas de escritorio, cada uno ocupadísimo con su ordenador, que “clientes” esperando. Pero da igual: si no tienes cita previa te vas a tener que ir. Te pongas como te pongas.
Por tu bien.
Por tu comodidad.

(Nota: “por tu comodidad” es lo mismo que “por tu seguridad” en el caso de los radares situados en un inmenso tramo recto y seguro de una autopista) 

¡Qué bueno es el Sr. Estado! 

Siempre pensando en nosotros. 

Siempre a nuestro servicio.

sábado, 8 de diciembre de 2012

TORO!!!



Recomiendo la visita a un matadero para empezar a hablar de toros. 
Es la muerte de lo que fue un animal pero que ya no es tal, sino un monstruo zootécnico creado por el hombre, inviable en libertad y que sólo el aspecto le queda de lo que fue en su origen. 
Llega a la parte trasera del matadero en un camión, donde el  penetrante e insoslayable olor a sangre todo lo inunda. Huele la muerte desde lejos y se puede percibir su intranquilidad en la dificultosa maniobra de bajada. Ya en el corral, puede haber instaladas unas duchas de agua pulverizada que tratarán en vano de calmarle, mientras se le va dirigiendo encajonado, guardando turno, hacia la entrada.
Cuando le toca, mediante el disparo de un balín en el cerebro o con una descarga eléctrica, cae a plomo en el suelo donde es rápida y hábilmente traspasado por un gancho del calcañar trasero e izado hasta el techo donde empezará su descuartizamiento.
Tras el cuchillazo del matarife en el cuello y la caída en tromba de su sangre al suelo, le quitan los cuernos a mazazos previo a su apertura "en canal" con sierra radial. Una vez abierto, entre el vaho que desprenden sus entrañas, se puede ver que el corazón todavía late.
Pero hay que matarlo, porque hay que comerlo. Somos así, comemos carne, nos alimentamos de otros seres vivos.
La lidia del toro bravo, no es la fiesta gracias al sufrimiento de un animal, que a nadie gusta. Es la ancestral lucha del hombre contra la bestia.
Para matar un toro "a mano", con la espada, no hay más remedio que herirlo y cansarlo previamente para poder acercarse a menos de un metro y conseguir alcanzar el corazón por la cruceta de las clavículas, si no el animal sufrirá y morirá desangrado o de mala manera. A esa distancia y a pesar de lo herido y cansado, el toro bravo, natural, tal cual era, con su instinto asesino que le caracteriza, sigue siendo uno de los animales más peligrosos de la tierra. Cuando el torero entra en la faena de muleta está solo en la arena, cerca de sus compañeros que siguen atentos trás el burladero, pero solo. Aterrorizado, supera la parálisis generada por la adrenalina con valor y consigue iniciar un baile ritual ayudado de un trapo rojo, con el que llevará al animal hacia la muerte final, el volapié, la maniobra más difícil y arriesgada de todas, tendrá que empujar la espada entre los cuernos, en medio de su última embestida, hasta el corazón.. Muchas veces quien muere es el torero porque al toro se le da la posibilidad de defenderse y frecuentemente se le indulta. 
Creo que para un toro no hay manera más noble de morir.

jueves, 6 de diciembre de 2012

MÁTRIX APLASTANTE



¿Ha llegado ya el momento de hacer algo o tenemos todavía que penar un poco más?

¿Para cuándo democracia en España? ¿Para cuándo el pueblo verdadero soberano?

¿No hemos penado ya bastante con una guerra de las más cruentas que hayan existido, casi cuarenta años de dictadura y más de treinta de esta pantomima?

¿No nos lo merecemos?

¿Para cuándo vamos a decidir nosotros quiénes son los que se sientan en el parlamento?

¿Para cuándo vamos a decidir nosotros quién es el presidente del gobierno?

¿Para cuándo vamos a decidir nosotros quienes gobiernan a los jueces, con su propio presupuesto y policía propia de manera que pueda ser un poder verdaderamente independiente de los otros dos?

¿Para cuándo vamos a dejar de vivir en este mátrix aplastante?

Yo ya estoy harto de trabajar para ellos.

Se agradecen comentarios